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domingo, 7 de noviembre de 2010

"Chicas". Una historia sobre madre e hijas.

 Esa fue la definición de Carmen Maura en la presentación de la película y eso lo que nos muestra el argumento. Y ciertamente, en el arte, de lo más sencillo puede conseguirse lo más bello. O al menos lo que mejor funciona.
 Lo comentábamos en la anterior referencia que hicimos a esta película, antes de verla: Aparentemente cuenta una historia de lugares comunes, una historia de familia y de relaciones entre personas. De búsqueda de ausencia de soledad física y espiritual. ¿Hay algo mas dramático que el día a día? La familia puede ser refugio y sufrimiento simultáneamente.


¿LUGARES QUE NO ACOMPAÑAN A LOS PERSONAJES?
 Podemos verlo en la curiosa dirección artística que construye el entorno íntimo de los caracteres de las hermanas. Las casas donde viven parecen estar atascadas un par de décadas en el tiempo, están gastadas por el uso y nos muestra de dónde provienen, un factor muy importante para comprender la película. El pasado sigue vivo en ellas y aun forma parte de su realidad.
 Las tres hermanas representan tres actitudes frente a la madre; la que rompe con el pasado, la que es víctima del pasado y la que bebe (o se sirve) del pasado para construir su futuro.
Sin esta tensión que concentran y apuntan los tres personajes sobre la figura materna, la historia carecería completamente de dramatismo.
 Esta obra habla más (lo decimos aun siendo conscientes de poder caer en un estereotipo muy manido) por lo que callan sus personajes que por lo que dicen, por lo que son de cara al público y por lo que ocultan de verdadero en su interior. No necesitan hablar entre ellos para adivinar sus sentimientos.
Quizás sea ahí donde entra en juego la teatralidad en la dirección de la película.

TEATRO O CINE
 Como decíamos en el anterior post, Jasmine Tazma está debutando aquí en el cine y proviene del mundo del teatro. Nos aproximamos a este film con el interés puesto en cómo ha trasladado esta historia, extraída e inspirada en un fragmento de su obra de teatro Une piéce espagnole, al lenguaje cinematográfico.
 Tenemos que reconocer que en algunos momentos conseguimos olvidar que la cámara se movía constantemente. Un recurso del que se abusa demasiado hoy en dia. Sin embargo, a favor sí diremos que consigue crear un clima voyeurista y el espectador adquiere con elegancia el papel de juez ante lo que se muestra a sus ojos.
 En más de una ocasión tuvimos la necesidad de preguntarnos qué esconde esta familia y qué no se cuentan, porque entre ellos ya lo saben con solo mirarse a la cara y nosotros no somos más que los que se sientan en la platea como testigos invisibles de sus vidas.
 La realización es sencilla y austera en sus formas; muy descriptiva. El cine, pues, podemos creer que le ha servido a J. Tasma para poder jugar con el tiempo y el espacio de un modo que el escenario no lo permite, y es en la mesa de montaje donde ha podido jugar con su lenguaje, mas que en el uso propio de la cámara de la que puede sacarse mucho más partido.

 Tenemos la tentación de emitir un juicio de valor global sobre la cinta, pero quizás sea mejor que se lo forme cada uno conforme a sus gustos y su idea del cine. Si podemos decir que quien quiera verla no se va a llevar una sorpresa desagradable.

Saludos y hasta el próximo post.

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